Vientres de Alquiler: Consideraciones Éticas para Cristianos en Latinoamerica

La maternidad subrogada, la práctica comúnmente llamada “vientres de alquiler”, continúa siendo un tema que necesita ser evaluado por todos los cristianos.

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Samuel L. Caraballo

1/18/202311 min read

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La maternidad subrogada (la práctica comúnmente llamada “vientres de alquiler”) continúa siendo un tema que necesita ser evaluado por todos los cristianos. Sin embargo, dicha evaluación requiere un conocimiento básico acerca de la reproducción sexual humana.

Primeramente, la subrogación es la práctica reproductiva en la que una mujer acepta tener un bebé a término y, después del nacimiento, ceder cualquier derecho al bebé a los individuos que la contrataron o la comisionaron para esta tarea.[1]

La subrogación tiene dos versiones. En la versión comercial, la mujer gestante ofrece sus servicios a cambio de dinero o alguna otra forma de compensación. En la versión altruista, la madre subrogada acepta voluntariamente llevar al bebé, sin remuneración económica.[2]

La subrogación se materializa en una de dos formas: subrogación genética, en la que se utiliza el esperma de un hombre en una pareja o individuo contratante para fecundar el óvulo de la madre gestante, y la subrogación gestacional, en la que se generan blastocitos mediante la fertilización in vitro utilizando tanto el esperma como el óvulo procedente de una pareja o provistos por un individuo contratante.[3]

En los Estados Unidos, 2,071,984 ciclos de tecnología de reproducción asistida (conocido por sus siglas en inglés ART) fueron realizados durante 1999-2013, donde 30,927 (1.9%) utilizaron una madre subrogada.[4]

En su nivel más básico, las personas que desean evaluar esta práctica, ya sea la versión genética (tradicional) o la versión gestacional, necesitan considerar el bienestar de los seres humanos involucrados en este proceso, particularmente el de aquellos que son procreados mediante este tipo de acuerdo. De no ser así, corremos el riesgo de fomentar la cosificación y mercadeo de la vida humana.

Análisis Ético del Procedimiento

La naturaleza médica de la subrogación ya sea en su variante genética o gestacional, establece la fecundación―la unión de un espermatozoide con un óvulo―como el principio esencial para la procreación humana. Ya que los espermatozoides son gametos producidos solo por los hombres y los óvulos por las mujeres, la procreación humana vincula ineludiblemente el intercambio genético entre un hombre y una mujer.

Para evaluar la moralidad de la subrogación, particularmente en su variante gestacional, los cristianos deben evaluar la multiplicidad de motivaciones que llevan a los individuos a querer usar este tipo de procedimiento.

¿Es la subrogación un tratamiento clínico o una comodidad reproductiva?

Uno de los principios morales de la medicina establece que el propósito de los tratamientos médicos es atender una situación de carácter clínico donde los individuos afectados han perdido la capacidad de llevar a cabo una función que de otra forma hubiesen podido lograr por sí mismos.[5]

Por lo tanto, es necesario diferenciar la utilización de la subrogación gestacional como tratamiento clínico para parejas heterosexuales que confronta problemas de infertilidad versus el uso de esta práctica como vehículo para cumplir los deseos de parejas en circunstancias no viables para la procreación humana.

La Sociedad Americana para la Medicina Reproductiva (“The American Society for Reproductive Medicine”, ASRM) define la “infertilidad” como el resultado de una enfermedad (una interrupción, cese o trastorno de las funciones, sistemas u órganos del cuerpo) del tracto reproductivo masculino o femenino que impide la concepción de un niño o la capacidad de llevar un embarazo hasta el parto. [6]

Esta diferenciación de propósitos ha llevado a países como la República Checa, Francia, Italia, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, Suiza y Turquía a limitar el acceso a la reproducción asistida a parejas heterosexuales con un diagnóstico de infertilidad, excluyendo a las mujeres solteras y parejas homosexuales.[7] La política pública en estas jurisdicciones han entendido que la moralidad de la subrogación está ineludiblemente ligada a la viabilidad procreativa de los individuos que buscan acceso a este tipo de tratamiento médico.

Sin embargo, la postura ética asumida por dichos países es contraria a la política pública en la mayoría de las jurisdicciones en los Estados Unidos, (solo Nebraska, Michigan y Luisiana ofrecen limitaciones legales sustanciales a la práctica de la subrogación). [8]

La opinión de la Sociedad Americana para la Medicina Reproductiva establece que el análisis ético en la subrogación debe honrar primeramente el interés reproductivo del individuo sin importar la viabilidad de sus circunstancias para la procreación humana.[9]

Bajo esta premisa moral, la maternidad subrogada en los Estados Unidos ha dejado de ser un tratamiento clínico y se ha convertido en una “comodidad contractual” disponible aquellos que puedan sufragar su alto costo. De igual forma, en este esquema moral, la protección del bienestar de los individuos procreados mediante este método ha quedado relegada al conjunto de normas que estipulan las responsabilidades contractuales de las partes envueltas en estos procesos legales.

Ante la falta de leyes federales que regulen la maternidad subrogada, la postura del ASRM ha permitido que esta practica sea una opción popular para las parejas de hombres homosexuales que desean un descendiente con sus rasgos biológicos, así como para las parejas de lesbianas que no pueden concebir o tener un embarazo por sí mismas.[10]

Dicha política pública también ha hecho de los Estados Unidos uno de los principales destinos para el “turismo reproductivo''.[11] Estados Unidos es el mayor proveedor en el hemisferio occidental de “madres de alquiler”, con California a la cabeza de la lista de los estados que albergan partos subrogados, el cual produce aproximadamente 100 nacimientos por año.[12] De acuerdo a la información provista por agencias dedicadas a estos tipos de transacciones, la compensación promedio a madres subrogadas puede oscilar entre $50,000 y $80,000 dólares, según la experiencia de la subrogada y los arreglos individuales.[13]

Análisis ético de los acuerdos en la maternidad subrogada

En Estados Unidos, no hay leyes federales que regulen el proceso de subrogación, lo que significa que cada estado puede establecer sus propias reglas. Esto genera una complicada gama de regulaciones legales. Nueva York es el estado más reciente en legalizar la subrogación compensada.[14] Por otra parte, la subrogación comercial ha sido recientemente prohibida en Tailandia, Camboya, China y gran parte de Europa occidental.[15]

Gran parte de la oposición multinacional a este tipo de práctica se debe a la preocupación por la salud biológica y psicológica de la madre sustituta y los niños procreados mediante este método. Dada a la escasez de resultados de salud a largo plazo, las complejidades relacionales y las implicaciones sociales para las madres subrogadas, es casi imposible que estas puedan dar un verdadero consentimiento informado.[16]

Por ejemplo, ha sido corroborado que los fetos están conscientes y receptivos al entorno fuera del útero. Estos aprenden a reconocer en el útero, música, melodías, lenguaje, sabores, olores y la voz de la madre gestacional.[17] Experiencias como estas contribuyen a lo que se conoce como el apego maternal-fetal―un concepto que se manifiesta en los comportamientos que demuestran atención y compromiso con el feto e incluyen la nutrición (comer bien, abstenerse de sustancias nocivas, como el alcohol), el afecto (acariciando el vientre) y la preparación física para el parto. [18] A estas observaciones se le suma los resultados de algunos estudios longitudinales que demuestran que los niños de subrogación tienen niveles más altos de dificultades de ajuste a los 7 años y que la ausencia de una conexión gestacional con la madre puede ser problemático para el desarrollo.[19] Estas preocupaciones no parecen influenciar la actual política pública estadounidense hacia esta práctica controversial.

Sin embargo, futuras medidas legislativas deberían considerar:

  1. La falta de estudios médicos sobre los efectos a largo plazo de la recolección de óvulos en la salud de las mujeres jóvenes que proporcionan estos gametos.

  2. La posibilidad de manipulación de las madres subrogadas para recibir múltiples embriones dado a los altos costos involucrados en estos procedimientos.

  3. Las tendencias eugénicas en el negocio de "donación" de óvulos y esperma. Los anuncios de mercadeo comúnmente se dirigen a las características raciales, físicas e intelectuales: dando a los padres intencionales la ilusión de que pueden diseñar un niño a su gusto.

  4. La tendencia ascendente en los reportes de explotación y maltrato a madres subrogadas de escasos recursos tanto en países pobres como en sociedades desarrolladas. [20]

Derechos de los procreados mediante la subrogación gestacional a saber su identidad genética

Los deseos de aquellos que buscan tener niños mediante la subrogación necesitan equilibrarse con otros derechos e intereses igualmente importantes. El bienestar de los niños procreados a través de este método requiere otorgarles a estos el derecho a conocer su identidad genética, así como su paternidad biológica y su historia hereditaria.

La necesidad de proveer información genética a los seres humanos procreados por este medio ha llevado a varias naciones, entre ellas Austria, Reino Unido, Suecia y Nueva Zelanda, a promulgar leyes que exijan que los donantes de esperma presten información médica que los identifique para posibles contactos futuros con sus hijos biológicos. [21]

En 2011, Washington se convirtió en el primer estado de los Estados Unidos en promulgar la legislación que limita el anonimato del donante de espermatozoides. En octubre de 2019, California promulgó una ley que exige que los bancos de esperma en el estado recopilen y retengan el nombre completo, la fecha de nacimiento y la dirección de los donantes de espermatozoides, así como cualquier otro contacto.[22]

Por otro lado, a consecuencia del alza en el número de subrogaciones en los Estados Unidos ahora son más notables los casos donde los padres intencionales intentan eludir sus responsabilidades o presionar a las madres subrogadas a terminar embarazos dado la presencia de problemas congénitos en los bebés subrogados.

Uno de los casos más recientes es el Crystal Kelley, estadounidense de 29 años que fue manipulada por medio de incentivos económicos de los padres intencionales para que abortara su bebé subrogado cuando se descubrió que este tenía problemas congénitos severos. [23] Kelley, tomó la decisión de dar a luz en Michigan, donde los contratos de subrogación compensada son nulos y para efecto de la ley, la gestante es reconocida como la madre del recién nacido. Ejemplos como este son el producto de una política pública descentralizada que carecen especificidad para prevenir el abuso y la coerción a las partes vulnerables en estos acuerdos.

Consideraciones Legislativas

En jurisdicciones como Puerto Rico, la cual carece de leyes que regulen esta práctica, es de vital importancia establecer un modelo ético que priorice la salud y el bienestar de las madres subrogadas y los seres humanos procreados mediante este método.

Dado a la desregularización de la subrogación en el plano legislativo en los Estados Unidos, los legisladores en Puerto Rico se ven obligados a actuar de manera firme en contra de los riesgos eminentes a la salud que este procedimiento presenta para los sectores más vulnerables de nuestra sociedad―mujeres de escasos recursos económicos y niños por nacer.

El proyecto de ley P.196 del Senado de Puerto Rico de la autoría de la Senadora Joanne Rodríguez-Veve busca enmendar el código civil para limitar la maternidad subrogada a su versión altruista. De esta forma, el uso del vientre de las madres subrogadas, al igual que el material genético que se necesita para dicho procedimiento, se ajustarán a las limitaciones comerciales existentes para otros elementos humanos como lo son los órganos, células, tejidos, sangre, plasma[24].

Dicha intervención legislativa representa el primero de muchos pasos hacia una regulación responsable de dicho procedimiento. El afán de lucro y la comercialización agresiva de un procedimiento altamente controvertido requiere mitigar los incentivos económicos que buscan seducir a mujeres jóvenes a contratos reproductivos carentes de garantías de salud y bienestar para todas las partes envueltas.

En este análisis he tratado de demostrar que, en la actualidad la maternidad subrogada se promueve como una “comodidad tecnológica contractual” en vez de un tratamiento médico para atender la infertilidad. Mediante políticas públicas que favorecen mayormente los deseos reproductivos de los contratantes, la subrogación en su estado actual, atenta contra la dignidad de los seres humanos particularmente las mujeres de escasos recursos económicos y los niños por nacer.

Es por esta y otras razones que sería razonable limitar el aspecto compensatorio de esta práctica en Puerto Rico hasta que se promulgue una ley especial que atienda el sinnúmero de permutaciones éticas y legales generadas por este proceso de reproducción asistida.

Referencias Consultadas:
  1. Jaden Blazier and Rien Janssens, “Regulating the International Surrogacy Market:The Ethics of Commercial Surrogacy in the Netherlands and India,” Medicine, Health Care and Philosophy 23, no. 4 (December 1, 2020): 621–30, https://doi.org/10.1007/s11019-020-09976-x. ↑

  2. M. M. Tieu, “Altruistic Surrogacy: The Necessary Objectification of Surrogate Mothers,” Journal of Medical Ethics35, no. 3 (March 1, 2009): 171–75, https://doi.org/10.1136/jme.2008.024679. ↑

  3. Marcus Agnafors, “The Harm Argument against Surrogacy Revisited: Two Versions Not to Forget,” Medicine, Health Care and Philosophy 17, no. 3 (August 2014): 357–63, https://doi.org/10.1007/s11019-014-9557-x. ↑

  4. “ART and Gestational Carriers | Key Findings | Assisted Reproductive Technology (ART) | Reproductive Health | CDC,” January 31, 2019, https://www.cdc.gov/art/key-findings/gestational-carriers.html. ↑

  5. “Assisted Reproductive Technology,” American Medical Association, accessed June 6, 2021, https://www.ama-assn.org/delivering-care/ethics/assisted-reproductive-technology. ↑

  6. “Infertility,” accessed June 6, 2021, https://www.asrm.org/topics/topics-index/infertility/. ↑

  7. “Europe Moves towards Complete Statutory Regulation of ART,” EurekAlert!, accessed June 4, 2021, https://www.eurekalert.org/pub_releases/2020-02/esoh-emt020320.php. ↑

  8. “Surrogacy Laws By State - Legal Professional Group,” accessed June 6, 2021, https://connect.asrm.org/lpg/resources/surrogacy-by-state?ssopc=1. ↑

  9. “Access to Fertility Treatment by Gays, Lesbians, and Unmarried Persons: A Committee Opinion,” Fertility and Sterility 100, no. 6 (December 2013): 1524–27, https://doi.org/10.1016/j.fertnstert.2013.08.042. ↑

  10. “Gay Surrogacy - Surrogacy for LGBT Couples | Surrogate.Com,” February 9, 2016, https://surrogate.com/about-surrogacy/types-of-surrogacy/can-lgbt-couples-pursue-surrogacy/. ↑

  11. G. Pennings, “Reproductive Tourism as Moral Pluralism in Motion,” Journal of Medical Ethics 28, no. 6 (December 1, 2002): 337–41, https://doi.org/10.1136/jme.28.6.337. ↑

  12. “CRG Report- Surrogacy in America.Pdf,” accessed June 5, 2021, http://thetarrytownmeetings.org/sites/default/files/discussion/CRG%20Report-%20Surrogacy%20in%20America.pdf. ↑

  13. “Surrogate Mother Compensation | How Much Do Surrogates Get Paid in California?,” West Coast Surrogacy, accessed June 5, 2021, https://www.westcoastsurrogacy.com/become-a-surrogate-mother/surrogate-mother-compensation. ↑

  14. “Governor Cuomo Announces Gestational Surrogacy Now Legal in New York State,” accessed June 6, 2021, https://www.governor.ny.gov/news/governor-cuomo-announces-gestational-surrogacy-now-legal-new-york-state. ↑

  15. Christina Caron, “Surrogacy Is Complicated. Just Ask New York.,” The New York Times, April 18, 2020, sec. Parenting, https://www.nytimes.com/2020/04/18/parenting/pregnancy/surrogacy-laws-new-york.html. ↑

  16. Tieu, “Altruistic Surrogacy.” ↑

  17. B. S. Kisilevsky et al., “Fetal Sensitivity to Properties of Maternal Speech and Language,” Infant Behavior & Development 32, no. 1 (January 2009): 59–71, https://doi.org/10.1016/j.infbeh.2008.10.002. ↑

  18. A. Salisbury, “Maternal-Fetal Attachment,” JAMA: The Journal of the American Medical Association 289, no. 13 (April 2, 2003): 1701–1701, https://doi.org/10.1001/jama.289.13.1701. ↑

  19. Susan Golombok et al., “Children Born through Reproductive Donation: A Longitudinal Study of Psychological Adjustment,” Journal of Child Psychology and Psychiatry, and Allied Disciplines 54, no. 6 (June 2013): 653–60, https://doi.org/10.1111/jcpp.12015. ↑

  20. “Finkelstein and Kintominas - 2016 - A National Conversation Informed by Global Lawmaki.Pdf,” accessed June 6, 2021, https://web.law.columbia.edu/sites/default/files/microsites/gender-sexuality/files/columbia_sexuality_and_gender_law_clinic_-_surrogacy_law_and_policy_report_-_june_2016.pdf.↑

  21. Richard Vaughn, “Is Sperm Donor Anonymity a Thing of the Past?,” IFLG - International Fertility Law Group(blog), October 30, 2020, https://www.iflg.net/is-sperm-donor-anonymity-a-thing-of-the-past/. ↑

  22. “Sperm Banks Are Forced to Reconsider Long-Held Promises to Donors,” STAT (blog), September 11, 2019, https://www.statnews.com/2019/09/11/consumer-dna-tests-sperm-donor-anonymity/. ↑

  23. “Surrogate Offered $10,000 to Abort Baby | CNN,” accessed June 4, 2021, https://www.cnn.com/2013/03/04/health/surrogacy-kelley-legal-battle/index.html. ↑

  24. “Código Civil de Puerto Rico,” 2020, 378. ↑